Amarillo
Daba vueltas en la cama,
como una pequeña
e inocente criatura
anhelando tu mensaje
y recordando tus caricias.
Sólo tú y yo,
testigos de la vida
que nos abrazaba por
la espalda.
Un espacio limitado,
besos robados y
llenos de pasión.
Contigo supe que no hay
que ir muy lejos,
para estar alejados.
Que mientras más cerca
nos hallemos,
estaremos más aislados.
Que con el tacto
y una sonrisa,
se revelan todas las verdades
que ocultaba entre la piel.
Me has dejado desnuda,
me has visto frágil,
me reconociste cristalizada.
Tus ojos se apoderaron
de mi alma,
quien vagaba entre recuerdos
y lágrimas saladas.
Descubriste a una persona,
que hace tiempo no veía,
empapaste de alegría
a un alma totalmente vacía.
Todavía no veo la ocasión
de decirte te amo,
pero leyendo esto,
sabes que lo hago.
Y es triste que la vida
se deslice por mis dedos,
sin saber a dónde voy,
sin saber de dónde vengo.
Me caí en una nota musical
y suspiré un mensaje.
No soy buena para esto,
aún me cuesta expresarme.
Poco se dice de la eternidad,
como si fuese un misterio.
Pero a ella la siento en tus ojos,
cada vez que te veo.